Serpiente en las nubes
Este es un compendio del segundo departamento que me acogió en esta caótica y hermosa ciudad, ruidoso, polvoso, pequeño y frío en Mixcoac.
Desde mi ventana balcón se veían pasar los coches por el puente vial, y los pies sin cabeza esperando su parada, ruido casi constante que con mucha imaginación (y ganas) podías confundir con olas. Ese puente separaba mi casa del mercado mixcoac, unas gorditas de pastor deliciosas y de la parte del periférico que tiene atrapadas ruinas prehispánicas. De mi lado estaba al parque goya, la biblioteca ibby (donde desayunaba de vez en cuando), el instituto mora y la iglesia de San Juan. Y a solo 4 estaciones de la cineteca nacional (lo más cerca que he vivido de ella).
En este lugar descubrí mi conexión con el agua y mi tema de tesis, del cual el núcleo de estudio estaba a tan solo 10 pasos y no podía ser más completo e idóneo. Los oficios mexicanos en el mercado de mixcoac, lleno de gente con anécdotas antiguas, ríos que corrían, edificios que albergaban perturbados, cines, tranvías y demás recuerdos. Quiero siempre recordar mis proyecciones cumplidas en esa regadera y la satisfacción de titularme con un tema tan apasionante.
Tiene algo de especial compartir colonia con Octavio Paz, aún en diferente tiempo.
Desde mi ventana balcón se veían pasar los coches por el puente vial, y los pies sin cabeza esperando su parada, ruido casi constante que con mucha imaginación (y ganas) podías confundir con olas. Ese puente separaba mi casa del mercado mixcoac, unas gorditas de pastor deliciosas y de la parte del periférico que tiene atrapadas ruinas prehispánicas. De mi lado estaba al parque goya, la biblioteca ibby (donde desayunaba de vez en cuando), el instituto mora y la iglesia de San Juan. Y a solo 4 estaciones de la cineteca nacional (lo más cerca que he vivido de ella).
En este lugar descubrí mi conexión con el agua y mi tema de tesis, del cual el núcleo de estudio estaba a tan solo 10 pasos y no podía ser más completo e idóneo. Los oficios mexicanos en el mercado de mixcoac, lleno de gente con anécdotas antiguas, ríos que corrían, edificios que albergaban perturbados, cines, tranvías y demás recuerdos. Quiero siempre recordar mis proyecciones cumplidas en esa regadera y la satisfacción de titularme con un tema tan apasionante.
Tiene algo de especial compartir colonia con Octavio Paz, aún en diferente tiempo.
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